Aun recuerdo como fue aquel verano... recuerdo aquella mirada que no paraba de intimidarme y de sonrojarme. Porque simplemente en ese momento me quería esconder, pero ahora... ahora no quiero que otra mirada me observe, ni que otras manos cálidas rocen mi fría piel.
Porque ya van 16 meses de los cuales hemos pasado mil y una aventuras, sabiendo que aun nos quedan muchas más. Y es que no me imagino reflejada en otros ojos ni agarrada en otros brazos que no sean los tuyos, y es que tu piel sabe como trasmitirme esa tranquilidad y esa alegría. Y te tendría que dar mil gracias por soportar esta cabeza loca y trasto como persona, pero acuerdate que no hay día que no deje de Amarte.
