martes

Pasa contigo


A veces pasa. Pasa sin que te des cuenta, sin que ni siquiera te dé tiempo a reaccionar, a apartarte. Es como una estrella fugaz que se te clava en el pecho pero que te duele en la tripa, como si tuvieras un nudo gigante. Es oír a alguien gritar su nombre o escuchar una canción que te recuerde a él y sonreír sin querer y darte cuenta de lo idiota que parecerás andando por la calle con los cascos puestos y sonriendo. Pero más idiotas son aquellos que no lo hacen o que no lo pueden hacer por su miedo a sufrir. A veces pasa que se te acerca y parece que se va a salir el corazón por la boca. A veces pasa que te enamoras.



sábado

thanks


No quiero dejar de hacerte feliz

martes



No puedo evitar echarte de menos, porque no quiero dejar de quererte, porque no quiero olvidarme de los momentos contigo. Yo te dije que no quería que esto acabase y sinceramente sigo pensando lo mismo. Puede que parezca que me estoy "arrastrando" pero no es así, lo que yo hago es luchar por lo que realmente quiero y no perder la esperanza. ¿Qué más da tragarse el orgullo? Podéis pensar lo que queráis, pero yo creo que quién algo quiere, algo le cuesta.



jueves

21.07.12




sábado


Dime, dime de una maldita vez qué es lo que quieres y yo haré todo lo que esté en mi mano por conseguirlo. No sabes cuantas noches has sido el causante de mis desvelos y el protagonista de mis sueños, que ya he olvidado la cantidad de veces que abrazaba mi almohada imaginando que tenía tu cuerpo entre mis brazos... que he contado cada cabello de tu melena perfecta cuando me dabas la espalda y que, si cierro los ojos y me concentro, juraría que todavía puedo oler tu perfume en mi ropa. Que cuando estás cerca puedo notar como mi corazón late con más fuerza y las palabras se ahogan en mi garganta.

No quiero dejar de hacerte feliz...


jueves

only you

¿Puedes imaginarte lo que es despertar cada mañana con una sonrisa, y que ésta permanezca las 24 horas que quedan por delante? Te aseguro que, hasta hace poco, yo era de esas que creía que las sonrisas, las de verdad, no existían, y que la felicidad no era más que un cuento de hadas. ¿Sabes? No te puedes imaginar lo equivocada que estaba. Y es que no contaba contigo, con que aparecieras tal y como lo hiciste y que, en un abrir y cerrar de ojos, pusieras mi mundo patas arriba. Yo no contaba con un destino en el que ya había dejado de creer, y con que, a veces, simplemente, pasa que un rayo de sol se abre camino entre tantas nubes. Pasa que, después de todo, sonreír se vuelve casi tan fácil como respirar, y me doy cuenta de que, hasta que me topé contigo, la palabra felicidad no se había dignado a aparecer en mi diccionario.

Y es ahora cuando me paro a pensar en qué momento comenzó todo, y me doy cuenta de que todo comenzó mucho antes de lo que pensábamos. De que, si de verdad esperaba sonrisas, tenían que ser las tuyas.