domingo






En ese momento, estoy segura de que alguien le dio al pause, porque todo paró de golpe. Pude ver todo mi alrededor, a esas personas conocidas y a él, que mantenía una de esas conversaciones conmigo; una de las nuestras, que no ocurren diariamente, por lo que son cada vez más especiales.
Así que cerré los ojos y deseé con todas mis fuerzas que aquel fuera uno de esos momentos tan aparentemente normales que, sin saber por qué, recuerdas siempre. Aprecié cada pequeño detalle, sabiendo que cada vez quedaba menos para el fin de nuestras conversaciones especiales. Los caminos se separan y, a estas alturas, yo no podía hacer ya nada al respecto.
En ese momento, alguien volvió a presionar otro botón, en este caso, el play; y yo volví a la realidad, continuando con nuestra conversación. Y sonreí. Sonreí al ver como, a pesar de todo, esa era una conversación nuestra, tal y como las otras muchas que empezaron hace ya años.

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